Abstract
CASO CLÍNICO:
Max, un Gordon Setter de 8
años, macho, se presenta en la
consulta después de sufrir un
ataque agudo de disnea. El
perro ha estado siempre bajo
control del propietario, descartándose
la posibilidad de un
accidente. El propietario informa
que Max tose desde hace
aproximadamente un mes, y
que últimamente está un tanto
deprimido y come menos.
En la exploración clínica, el animal
presenta taquicardia,
taquipnea, disnea severa, y
reducción de los sonidos pulmonares
en ambos lados del
tórax.
Después de estabilizar al animal,
administrár oxígeno, y realizar
una toracocentesis, se
toman una radiografía laterolateral
y una ventro-dorsal de
tórax (imágenes 1a y 1b).